El eco al despertar me llega de tu voz. Su fino rumor arranca una canción que me hace suspirar. Mi mente te recuerda y mi cuerpo se emperra en quererte acariciar. A falta de ese roce tendré que darme al goce de amarte al soñar. Que no hay otra manera de poderte enamorar. Tendré que acostumbrarme por mor de la pasión que más vale soñar que te hago el amor. Metido en un charco navegando hacía el destino que no hay que desterrar. Que yo te he de querer no lo quiero negar pero a fuerza de palos tendré que acostumbrarme a no tocarte más.