-Sipnosis de la Historia- Luego de haber estado un tiempo en prisión acusada de herir a Nandito con unas tijeras, así como de golpear brutalmente a Esperanza contra una pared (y provocarle un daño cerebral) y a Alicia, Soraya es declarada inocente (injustamente, claro) y es puesta en libertad, gracias a la ayuda de su abogado Abelardo Armenteros, el cual se dejó engatuzar por ella al punto de creerla en verdad inocente. Durante el tiempo que estuvo en prisión, muchos cambios hubieron en la casa de Soraya, la cual habitada por sus sirvientes. Alicia y Esperanza (sumida en un estado de inconciencia parcial por los golpes recibidos) permanecieron todo ese tiempo al cuidado de la familia De la Vega, en la mansión de los mismos. Pero una vez puesta Soraya en libertad, las cosas volvieron a la normalidad. Esperanza aún permaneció al cuidado de los De la Vega, pero Alicia, al ser menor de edad, debió regresar a la casa de Soraya, quien es la que poseía su tutela legal por orden del testamento de Oscar Montalbán, su asesinado marido. Soraya está con hambre de venganza contra su hijastra y desea tenerla en su poder lo más pronto posible para descargar en ella todo su odio. Es así como Alicia, temerosa por lo que le esperaba, regresa a la casa de su malvada madrastra, la cual le advierte, tal como ella lo esperaba, todo lo que iba a sufrir en su casa por haberla hecho ir a la cárcel. Una vez instalada nuevamente Alicia en su casa, Soraya trama un plan perverso contra su hijastra: hacerla pasar por loca verdaderamente para reafirmar su declaración en el juicio, así como también tener dominio de la fortuna de la inválida muchachita aún cuando esta fuera mayor de edad. Entonces Soraya va a una tienda de animales exóticos y compra dos tarántulas gigantes para colocárselas a Alicia en la comida y luego decir que todo lo que Alicia dijera iba a ser producto de su imaginación, para que, finalmente, todos comprueben que en verdad está mal de la cabeza.